1. Agatha Christie y la Arqueología

Aventura en el Orient Express: Agatha Christe se pone en marcha (1928)



... undoubtedly, my favourite train. I like its tempo... Allegro con fuoco, swaying, and rattling and hurling one from side to side in its mad haste to leave Calais and the Occident.

--Agatha Christie, Come, Tell Me How You Live (1946)


En abril de 1928, el divorcio de Agatha Christie y su primer marido, Archie Christie, estaba ya terminado. Ella había quedado profundamente afectada por la experiencia. Se pasó el verano buscándose un lugar donde vivir y una escuela para su hija Rosalind. Siendo ya reconocida autora de varias novelas policiales, se sumergió en sus escritos. Para el otoño de aquel año, Agatha ya estaba lista para tomarse vacaciones, y comenzó a planificar un viaje hacia las Indias Occidentales. Pero un encuentro casual con un joven oficial de la marina y su esposa, que recién llegaban de medio Oriente, cambió su parecer: se decidió en cambio por Bagdad. Tenía 38 años de edad.






Viaje en el Orient Express



All my life I had wanted to go on the Orient Express. When I had travelled to France or Spain or Italy, the Orient Express had often been standing at Calais, and I had longed to climb up into it. Simplon-Orient-Express--Milan, Belgrade, Stamboul...

-Agatha Christie, An Autobiography (1977)


El legendario y lujoso tren estaba administrado por la Compagnie Internationale des Wagon-Lits, fundada por un belga, Georges Nagelmakers, en 1872. Nagelmakers había logrado contratos para el uso de las vías férreas y las estaciones con todas las compañías a lo largo de la ruta. También obtuvo el uso de sus locomotoras, porque Wagon-Lits ofrecía solamente vagones dormitorio, restaurante y de equipaje. Las locomotoras se cambiaban en los distintos países una vez que atravesaban las fronteras. La compañía poseía además lujosos hoteles ubicados en las principales estaciones a lo largo de la ruta, de manera que los viajeros podían hacer un alto en el viaje para conocer lugares atractivos.


El servicio a bordo del Orient Express era impecable. Las mesas estaban repletas de finas porcelanas y platería, y las comidas se preparaban utilizando exóticos ingredientes frescos. Dado que el tren era la forma más rápida de viajar por toda Europa, no solamente lo usaba la realeza, los aristócratas, jefes de estado, hombres de negocio y otros acaudalados viajantes, sino también los aventureros, artistas, espías y ladrones.


Pasando a Asia


There was a subtle difference on passing from Europe into Asia. It was as though time had less meaning. The train ambled on its way, running by the side of the Sea of Marmora, and climbing mountains...


...we came to a halt, and people got out of the train to look at the Cilician Gates. It was a moment of incredible beauty. I have never forgotten it...

--Agatha Christie, An Autobiography


El viaje de Agatha comienza en la Estación Victoria en Londres, desde donde se traslada a Calais. Allí se embarca en el Oriente Express, que la lleva todo el camino hasta Estambul. La ruta del tren desde Calais hasta Estambul abarcaba unos 3342 kilómetros, y duraba tres días.


Cuando los pasajeros llegan a la estación de Sirkeci, del lado europeo de la ciudad de Estambul, tienen que cruzar el Bósforo en bote. Del lado asiático los recibe un representante de Thomas Cook & Son Limited. Después de una noche de descanso, los llevan a Haydarpasa, una estación donde abordan el Taurus Express, llamado así por las montañas en la parte sudeste de Turquía. El Taurus Express era una empresa conjunta entre Turquía, Siria, Irak y la Compagnie Internationale des Wagon-Lits, utilizando la línea de Bagdad. Al principio el tren terminaba en Nisbin, en la frontera entre Siria y Turquía, pero a partir de 1940 cubre todo el recorrido hasta Bagdad. En la época del viaje de Agatha en 1928, la línea hacia Bagdad no estaba terminada todavía, de manera que tiene que hacer un trasbordo en Aleppo, viajando por tren local hasta Damasco y luego a través del desierto con el bus Nairn. La Nairn Transport Company había sido iniciada en 1919 por dos hermanos neozelandeses, y cubría un servicio regular desde Beirut hasta Bagadad, vía Damasco. Siempre era un servicio incómodo, a veces peligroso, pero en última instancia cautivador.







Asesinato en el Orient Express


The murderer is with us--on the train now...


--Agatha Christie, Murder on the Orient Express, (1934)


El escenario del “Asesinato en el Orient Express” se le ocurrió a Agatha Christie cuando regresó de Nínive, Asiria, en 1931, para pasar la Navidad con su hija en Londres. El tren había estado demorado en las afueras de Pythiou, en Grecia, porque las vías férreas se habían inundado. Los pasajeros por momentos estaban sin calefacción y, hacia el final de los dos días de detención, se estaban quedando sin alimentos ni agua. Entre los pasajeros estaban: una señora norteamericana mayor de edad, un ministro húngaro y su mucho más joven esposa, dos tímidos misioneros daneses, un exuberante italiano, una dama búlgara, y uno de los directores de la Wagon-Lits Company. Una vez que el tren se puso en marcha, en Belgrado subieron los reyes de Serbia, con toda su comitiva. Esta mixtura de nacionalidades y caracteres, y la forzada demora, sirvieron como inspiración para el libro. El asesinato mismo estaba basado en la verdadera historia del secuestro del hijo de Lindbergh, que había conmocionado recientemente a todo Estados Unidos y Europa. El libro fue escrito en 1933, y fue dedicado al esposo de Agatha, Max Mallowan. (Imagen: Agatha Christie en la época de su casamiento con Max Mallowan, septiembre de 1930)




La Puerta de Bagdad


“Parker Pyne Investigates” es una colección de historias de detectives, que incluye “The Gate of Baghdad” (La puerta de Bagdad). Un grupo de doce personas está viajando desde el Hotel Oriental en Damasco hasta Bagdad a bordo de uno de los “enormes Pullmans de seis ruedas” pertenecientes a la Nairn Transport Company. El itinerario abarca unas 400 millas de desierto, que alguna vez se atravesaron con caravanas de camellos pero que ahora se hacían con “monstruos alimentados con gasolina… en treinta y seis horas”. Un heterogéneo grupo de doce personas se reúne para el viaje, pero solamente diez de ellas llegan a Bagdad…


Agatha Christie captura la atmósfera y los eventos de una travesía que conocía muy bien: el descanso del mediodía, almorzando con cajas de cartón; la parada de la noche en el fuerte de Rutbah, en el desierto, donde se sirve una cena de “varios platillos enlatados”; la partida a medianoche de modo que el grupo pudiera viajar de noche, la inevitable avería del vehículo, y un desayuno, de madrugada, de té y salchichas fritas. En su primer viaje al Este, Agatha informa que entabló amistad con una esposa británica exiliada, a quien no identifica claramente con un nombre. Ella le insiste a Agatha que se quede con ella y su esposo en las afueras de Bagdad. Pero en lugar del Oriente prometido, Agatha encuentra, con gran decepción, que esta vida en Bagdad con sus anfitriones es igual que su vida en Inglaterra. Determinada a no perder el tiempo en fiestas de té y juegos de tenis, planea escaparse sugiriendo una visita inmediata al sitio arqueológico de Ur, en el sur de Irak.


Fuente: Agatha Christie and Archaeology. Henrietta McCall. Fathom.
http://www.fathom.com/course/21701725/session1.html

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